lunes, 18 de mayo de 2015

Las Alternativas Aventuras de Don Quijote, por Jota Garno

Resultado de imagen de quijote y sancho bailando
-Las Alternativas Aventuras de Don Quijote-

(Desde el punto de vista de Rocinante.)

Era un día normal, cuando mi amo me despertó para emprender viaje en busca de una tal Dulcinea del Toboso. (Si os soy sincero, no tengo ni la más remota idea de quién es esa muchacha, pero parece bella.)

Ya atardecía cuando llegamos a "Toboso" después de unas buenas aventuras, nos tomamos unas birras y esperamos a que Dulcinea bajase, ya que estábamos los cuatro (Quijote, Sancho, Rucio y y yo) esperándola para ir todos juntos a la "Disco Manchada". Sancho entró para ver qué le ocurría, pero, como no salía, entró también Quijote. Tendríais que haber visto su cara cuando se dio cuenta de que Dulcinea era una muñeca hinchable, Sancho un globo bastante grande y gordo, y Rucio un niño de 3 años que iba con el globo persiguiendo al famoso hidalgo porque quería un autógrafo suyo. 

Finalmente, Don Quijote acabó colgado del techo de un camión de helados, el globo salió volando para cumplir sus sueños de astronauta y el niño se elevó con él, puesto que pesaba menos que una pluma. 

Ahora yo estoy en mi mansión, rodeado de unas yeguas monísimas en el jacuzzi. He ganado mucha masa muscular gracias a las proteínas que me ha recomendado mi camello, aunque creo que debería dejar las drogas.

La aventura del huevo de oro, por Leila Souf


No llegaba a comprender la locura de esas gallinas, cada cual con sus problemas y sus preocupaciones, personalidades tan distintas y que a la vez se compaginaban y complementaban unas con otras. ¡Qué bien me sentía al verlas así de unidas!

Rocinante estaba organizándolo todo para la próxima salida: el poder del Huevo de Oro.


Cuenta la leyenda que un anciano aldeano siempre había querido tener una gallina y su vecina, al saberlo, le regaló una. La alimentaba cada día de láminas de oro porque decía que en un futuro pondría muchos huevos de oro y le haría el hombre más rico del mundo. El secreto del Huevo de Oro estaba en que solo una generación sabría diferenciarlo de otro cualquiera y la gallina que picoteara sobre él se haría la más fuerte y poderosa que jamás hubiera existido.


Llegaba el momento de luchar, había como unos cincuenta huevos en el gallinero; y tres equipos más de gallinas. Yo sabía que mis queridas gallinitas serían capaces de encontrarlo. 

Rocinante y yo éramos los únicos que conocíamos el secreto. Lo que ellas no sabían era que las unía un parentesco con familia de la gallina del Huevo de Oro y que yo era uno de los gallos de su vecina y por eso tenía conocimiento de la historia. La anciana se había ido al otro mundo, las gallinas, que todavía eran muy pequeñas, se habían quedado solas y como yo era el más mayor, decidí hacerme cargo de ellas.


Tras la dura batalla con las otras gallinas, que serían más de cien, finalmente descubrieron el Huevo de Oro, lo picotearon y así se hicieron extremadamente fuertes. Rocinante y yo les contamos el secreto y se pusieron muy contentas al saber que eran familia.


Yo me casé con otra gallina, tuvimos un hijito y le pusimos mi nombre: James Gallo.


domingo, 17 de mayo de 2015

Carta a Dulcinea, por Víctor Barrera

Alicante, 10 de mayo 2015





Querida Dulcinea:

Dulcinea de mi corazón, este honesto y amado caballero hace mucho tiempo piensa en ti.

Tanto se ha vuelto la obsesión, que el corazón de este el humilde caballero llora por ese amor. No quedan palabras para describir lo que siento por esta princesa, puedo conocer a mil mujeres pero ninguna se compara a tu belleza.

Puedo seguir hablando de tu belleza pero tendría que escribir más de mil cartas, así que con esta carta solo intento conquistar a la mujer que cautivó el corazón de este flaco caballero. Mi gran escudero Sancho llevará esta carta para ser leída por mi amada, tanto es el dolor que he de sufrir por no poder decir esto delante de ella, con su mirada clavada en mis labios.

Este corazón dolido por el rechazo de su amada solo puede mostrar dolor y sufrimiento, espero que mi amada recapacite el rechazo que dio a su gran amado.

Poder decir que la belleza de mi reina sobresale por todo, sobrehumana es y digna y merecedora es, de tener tan grande don. No podría compararla con las diosas porque realmente una diosa es.

Mi gran amada ha de saber que en este viaje con buen escudero, sufrimos tan atroz ataque de un maleante que quedamos seriamente dañados. No solo fue eso, también en mi estancia en una casa para descansar fui apedreado por la gente que loco me llamaba. Ya con mi fiel escudero sufrimos el ataque de unos gigantes, de donde tampoco salí victorioso; salí perdedor y malherido.

Esta gran valentía que tuve por continuar mi viaje aun así, siendo dañado varias veces, fue por conquistar tierras y darle buenos terrenos a mi amada, aparte de ser reconocido por la gente.

Te manda salud y un gran beso,



Víctor.

Carta a Dulcinea, por Estefanía Núñez

/data/data/com.infraware.polarisoffice4std/files/.polarisOffice4/polarisTemp/fImage1331265.jpeg

  Alicante, 10 de mayo de 2015
Querida Dulcinea:

No aguanto más, he de declararte mi amor, sé que lo mío es más bien un amor platónico y que es un tanto precipitado, pero dime, ¿qué culpa tengo yo de esto? Nadie elige de quién enamorarse, nadie manda en los sentimientos.

Y ahora dime, Dulcinea, que tú también me amas y que nos prometeremos amor eterno, que vamos  ser felices en algún lugar de la Mancha. Eres tan bella... Es inexplicable entender cómo te has hecho para mí. Todo lo que siento es puro, mis sentimientos por ti son puros, como el color de tus ojos cuando me miran, tu cara bondadosa, como tu suave y sedoso pelo.

Sólo espero que respondas, que seas sincera; haz lo que sientas, sólo quiero que seas feliz, con eso me conformo. Nada es imposible, así que lucharé por tu amor cueste lo que cueste. Lo siento, siento haberte declarado esto tan rápido, quizá tendría que haber esperado más o quizá no decírtelo, pero necesitaba desahogarme de alguna forma, no aguantaba más.

Eres perfecta Dulcinea, quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, contigo, siempre, tener tu sonrisa siempre cerca de la mía y gritar bien fuerte al mundo que por fin te tengo, que eres mía, sólo mía.

Ahora dime, ¿aceptas ser feliz conmigo para toda la vida? Espero con impaciencia tu respuesta, no tardes mucho en escribir y recuerda, aquí me tienes para lo que necesites, a tu lado. Dulcinea, te amo, sí, me declaro, te amo y le grito al mundo que estoy enamorado de ti y sólo de ti. ¿Me oyes? ¿Qué tienes que estoy tan enganchado a ti? Dime que sí, por favor, que tú también me amas.

Bueno, espero con impaciencia recibir tu respuesta.

                                                          Un saludo, te quiero.

                                                                  Estefanía

Carta a Dulcinea, por Leila Souf



En la Mancha, 10 de mayo de 1630

Querida Dulcinea del Toboso:

Me dirijo a la princesa y gran señora Dulcinea natural del Toboso para declarar que su belleza me palpita. Sus ojos tan bellos con su cálida mirada y sus perfectas cejas que los rodean, sus largos cabellos más hermosos que el destello del amanecer, sus mullidos labios rodeados de sus rosadas mejillas y sus dientes como perlas, su lozana nariz, su lánguido cuello, su robusto pecho, sus agraciadas manos y su blanquecina piel como la seda.

¡Ay mi querida Dulcinea del Toboso! El tiempo me es eterno cuando no estoy con vos. Mi pesadumbre es duradera e interminable. Luché contra gigantes por vos, liberé mil batallas para llegar a vuestra alma. Si aceptaseis de quererme, mi maltrecho y quebrado corazón se recompondría más fuerte que el acero de mi armadura, sería de vos y haría lo que os viniera en gusto. Desearía con todo mi ser y alma corresponder a la pureza hecha mujer, protegerla como yo creo que se merece pues a su lado sería la ruta más hermosa conocida. Vos brindáis todo el respeto que merece mi profunda admiración. Si vos me despreciarais no sabré qué será de mí pues sin vuestra presencia mi alma quedaría destrozada, no merecería la vida.

Si Dios quiere atesoraré vuestro amor pronto, 

Don Quijote.

Despedida de Sancho, por Jota Garno



Desde el mismo instante en que Alonso Quijano recuperó la cordura y sabía que le quedaba poco tiempo de vida, Sancho ni dejó de llorar, ni se separó de él en ningún momento.

En sus últimos días, los dos tuvieron una conversación muy emotiva, ideando planes futuros, suavizando la muerte mientras se acercaba.

Don Quijote se disculpó por haberle hecho parecer loco sin serlo, Sancho se excusó diciendo a lágrima caída:“¡La mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse matar por la tristeza!”.

Carta a Dulcinea, por Jota Garno



Querida Dulcinea:

Donde se encuentra cada vez que está perdido, solamente en tus ojos; donde se pierde cuando te ha encontrado, tu cuerpo. ¿Cómo no pretender que un caballero sin corazón te ame? Si tu belleza hace renacer de las cenizas a este instrumento inservible, de un solo uso, que solamente le servirá una vez, para amar a su verdadero amor... Porque no existe más bella mujer que la que recibe esta humilde carta, que intenta ser romántica y a la vez enamorarte y conseguir, de manera ineficaz,  que estemos juntos hasta tiempos que ni siquiera nuestros biznietos comprendan.

Porque el corazón de mi pecho quiere irse y no volver, olvidar los desdenes que tu indiferencia provoca, y me mandas, y me hace sufrir de una manera inhumana y a la vez dolorosa, incomprensible y a la vez hermosa.

Porque nadie resuelve el enorme misterio de cómo llegó la bellísima Dulcinea a tales puntos de belleza, incomparable con millones de flores, moviéndose en direcciones opuestas, para enamorar los ojos de los visitantes que se acerquen a olerlas, pero tú, tú eres superior a todo eso, mi amada Dulcinea, porque aparenta que mil escultores griegos hubiesen dedicado su vida a esculpir tu silueta; porque, gracias a ti, el mundo descubrió que la perfección existe, y no es un hombre.

Estoy deseoso, Dulcinea, deseoso de verte una vez más y poder juntar nuestros labios en un solo sentimiento y acción, llamado beso. Así, la distancia que nos separa ahora mismo, simplemente  sirve para acumular ganas y amor, para expresarlo todo en el momento oportuno. Que después de todos los caminos que he recorrido, a todos los contrincantes que me he enfrentado, verte junto a  mí, valdrá la pena.

Espero que nos veamos pronto,

José Joaquín